Entre brazo y Tajo
isla jardin del homenaje;
ambos en banco a solas
árboles mirando y suelo;
como dedos, como labios, como orejas
van y tornan en vuelo los sentires;
otoño en fronda de los plátanos
que filtran azul rojos;
en los ojos se desdicen,
pruritos castos ¡al río!;
blanca palma de la mano,
a otra palma el sol envía.
Gustado el tiempo y consumido
puntual se cierne la clausura.
Un ojo móvil de artefacto
oculto espía funde en celuloide
la secuencia.
José Luis Mata