Los poemas de M.J. Mingot, más que Cenizas después de la Memoria y el olvido, parecen el cenotafio de un ajuste de cuentas. Y borrón y cuenta nueva. La culpa, la muerte, la infancia, el silencio y sobre todo la pasión, enhebrados cono en Plath, con fervor y embeleso.
En este libro resuena el sueño de las sombras por retornar, en palabras de Salinas, a esa "corporeidad mortal y rosa donde el amor inventa su infinito.