Desván, página última,
región de atardeceres, geografía
donde emerge la más secreta luz, (...)
déjame entrar en ti.
Déjame que me busque por tus calles de niebla,
que compruebe si todo
sigue en el mismo sitio donde jamás estuvo;
que mis pasos encuentren,
en ti o en mí, la amarga arquitectura
de un sueño donde pueda
ser poema la carne.
Pedro A. González