Con la noticia de la muerte de su padre despierta al uso de razón, una chica rompe inesperadamente su inocencia, unas campanas que tocan quiebran una guerra, sotanas y hábitos le estropean la libertad.
Unos años oscuros, un hábitat opresor, disciplina y prohibición y una criatura que sólo desea un poco de afecto, vestir una camisa blanca, un billete para Madrid. Un relato auténtico y desgarrador pero sensual y tierno, con sucesos increíbles y también divertidos, una historia ágil y conmovedora.
Precipitadamente Esteban acumula experiencia, encuentra madurez, alcanza soledad, sexo, incertidumbre, hambre, amor, impotencia. Crece entre adversidad y silencio, intolerancia y orden, y no obstante llega a la dignidad y la sensibilidad, porque aprende a disfrutar el momento.
Unos años cuarenta contados con un lenguaje distinto. Una ruta entrañable como el viaje de Leopoldo Bloom, una lucha contra el fracaso, un intento de pervivir, donde el chico sabe gozar, amar, rebelarse, sujetarse en su amor propio frente a las dificultades.
Esteban contempla la vida con sus grandes ojos sorprendidos sobre la basura de una posguerra, donde no dejan de palpitar tugurios, canciones, películas, pecados, seres humanos, sin resignarse a morir.
